La historia reciente de DC ha estado marcada por cambios constantes y falta de rumbo. Desde 2017, cuando Zack Snyder se retiró de Justice League por una tragedia familiar, el DCEU se quedó sin una figura creativa que definiera la continuidad de la franquicia. Joss Whedon concluyó la película, pero no asumió un rol de liderazgo. A partir de entonces, distintos proyectos se desarrollaron de forma aislada, sin una coordinación central.

En este contexto, James Gunn recordó que la primera temporada de Peacemaker se benefició de esa ausencia de control. Según explicó, la serie se situó en un “universo intermedio” donde no había supervisión sobre la conexión entre producciones:

“Peacemaker siempre estuvo en un lugar raro. La gente dice que era parte del DCEU, pero en realidad no lo era. (…) Pudimos hacer lo que quisiéramos y tuvimos ese final descarado, que me encantó, pero simplemente no encajaba en el DCU.”

The Flash como intento de reinicio

En sus declaraciones, Gunn confirmó que existían “planes sueltos” para que la película The Flash funcionara como un reinicio del DCEU, reorganizando la línea temporal a través del multiverso. La cinta dirigida por Andy Muschietti, estrenada en 2023, incorporó múltiples versiones de personajes y mundos paralelos, pero no logró consolidarse como el relanzamiento que Warner Bros. esperaba.

Para entonces, Gunn y Peter Safran ya habían sido nombrados presidentes de DC Studios y estaban diseñando un nuevo plan creativo. Ese proyecto se presentó en 2023 bajo el nombre de Chapter One: Gods and Monsters, el inicio oficial del DCU, que marcará el verdadero punto de partida de esta nueva etapa.

Las palabras de Gunn confirman que el reinicio con The Flash estaba concebido antes de su llegada, y que la falta de una figura de coordinación en los años previos abrió un espacio narrativo que él aprovechó con personajes como Peacemaker.