Netflix sigue apostando por las adaptaciones de videojuegos y uno de sus proyectos más ambiciosos es la película de BioShock, franquicia que se ha convertido en un referente de la narrativa oscura y crítica social dentro del gaming. Desde 2022, la plataforma y Take-Two Interactive trabajan en este largometraje que dirigirá Francis Lawrence (Los Juegos del Hambre, Soy leyenda). Aunque la producción aún tardará en entrar en marcha, se revelaron nuevos detalles de la trama.
Una utopía convertida en pesadilla
La historia se desarrollará en Rapture, la ciudad submarina creada por el visionario Andrew Ryan. Concebida como un refugio para las mentes más brillantes y ambiciosas, Rapture rechazaba la religión, la moral tradicional y la intervención del Estado bajo el lema: “Ni dioses ni reyes, solo el hombre”.
Sin embargo, el experimento se derrumbó rápidamente. La obsesión por la manipulación genética y el consumo de ADAM, una sustancia que otorgaba habilidades extraordinarias, dio origen a una sociedad marcada por la desigualdad, la decadencia y la violencia. En este escenario surgieron los temidos splicers, además de los icónicos Big Daddies y Little Sisters, figuras clave dentro del universo del juego.
Se espera que la película narre la historia desde la perspectiva de Jack, un hombre que llega a Rapture tras un accidente aéreo y descubre los horrores de una ciudad devastada por la ambición desmedida de sus líderes.
Un proyecto que tardó en concretarse
Pese a que BioShock es considerado uno de los videojuegos más aptos para una adaptación cinematográfica gracias a su potente narrativa, su salto al cine se ha retrasado durante años. El guion aún está en desarrollo y, según confirmó el productor Simon Lee, el rodaje podría arrancar hasta finales de 2026, una vez que Francis Lawrence concluya su trabajo en la nueva entrega de Los Juegos del Hambre.
Con su estética única, su trasfondo filosófico y su atmósfera de horror, BioShock apunta a convertirse en una de las adaptaciones más esperadas de la década. La gran incógnita será si Netflix logra capturar no solo la espectacularidad visual de Rapture, sino también el trasfondo social y ético que convirtió al videojuego en una obra maestra.