A más de dos décadas del estreno de ¿Y dónde están las rubias? (2004), el comediante Marlon Wayans sigue enfrentando una presión constante de los fanáticos que piden una secuela. Sin embargo, el actor ha decidido dejar de hablar del tema, asegurando que las reacciones del público se han vuelto demasiado intensas.

Durante una entrevista con The Guardian, Wayans respondió preguntas enviadas por los lectores y, como era de esperarse, una de ellas se centró en la posibilidad de una segunda parte junto a Terry Crews. Su respuesta fue directa, aunque no exenta de humor:

“Estamos rondando la idea, pero aún no. No quiero anunciar nada hasta que realmente suceda y levantar falsas esperanzas, porque la gente se pone muy violenta con ¿Y dónde están las rubias?.”

Entre risas, el actor también recordó una divertida anécdota del rodaje original:

“Creo que Terry tenía un crush conmigo cuando yo era la chica blanca. Cada vez que me veía maquillado me decía: ‘¡Hey!’. Y yo le respondía: ‘Amigo, soy yo, bro, soy yo’.”

Aunque Wayans mantiene su característico tono cómico, sus declaraciones dejan claro que prefiere no alimentar más rumores sobre el regreso de la icónica comedia, que desde hace años figura entre las más pedidas por el público.

Un rodaje agotador

En entrevistas anteriores, el actor ha sido más contundente al explicar por qué no planea hacer una secuela. En conversación con People y durante su participación en el stream Mafiathon 3 de Kai Cenat, Wayans admitió que la filmación de la película original fue extenuante, especialmente por las largas jornadas de maquillaje.

“Tardaba siete horas diarias en maquillarme, y luego trabajábamos catorce horas más porque también producíamos la película. Solo dormíamos tres horas cada noche, y quitarse el maquillaje tomaba otra hora. Fue muy duro.”

Aunque aseguró no arrepentirse del proyecto, dejó claro que no está dispuesto a repetir una experiencia tan demandante físicamente, pese al cariño del público por la cinta.

Wayans y la comedia sin filtros

En 2022, el actor defendió el valor de las películas irreverentes como ¿Y dónde están las rubias?, afirmando que el humor no debería censurarse.

“No sé en qué planeta estamos, donde la gente cree que ya no necesita reírse y que hay que cancelar todo. Si un chiste va a hacer que me cancelen, gracias por hacerme ese favor.”

Wayans también criticó lo que considera una cultura excesivamente sensible:

“No voy a escuchar a esta maldita generación ni a esos ejecutivos asustados. Seguiré contando mis chistes a mi manera.”

Con estas declaraciones, el comediante deja claro que, aunque no descarta por completo la posibilidad de una secuela, prefiere concentrarse en nuevos proyectos y alejarse de la presión que genera uno de los títulos más recordados de su carrera.